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Feliz día del maestro – bonita reflexión

John 15 May, 2015 General No hay comentarios
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Esta reflexión, sin duda alguna, ejerce un gran peso en nosotros, en mi caso, los maestros en formación. Estoy completamente convencida que ser maestro(a) no es una simple decisión; no podemos reducirlo a un trabajo, esto, mis queridos colegas, no es sólo una profesión. Para mí ser maestro puede comprender un estilo de vida. Creo que cuando nos ponemos el traje de educadores, si lo hicimos con vocación, no se vuelve a quitar jamás.

diamestros

Quizás en días como estos ver esta profesión no es tan fácil. No podemos ni siquiera imaginar a todas las situaciones que nos enfrentaremos una vez que entremos por la puerta del salón de clases. Y así, cada día, mientras más se suma la gente, así también se suman los problemas y todos los «embrollos» de la vida de estos jovencitos con los que nos tocará lidiar.

Sin duda alguna, esta reflexión me encantó de principio a fin, pero puedo identificarme mucho con las siguientes palabras:

«Soy maestro porque tengo fe, esperanza y amor. Tengo fe en un porvenir del cual se me ha permitido ser protagonista. Tengo la esperanza de caminar algún día por un camino tan amplio en donde usted y yo podamos transitar sin tropezarnos y tan angosto que pueda sentir de cerca nuestros afectos y calor humano. Y tengo el amor que cientos de personas me dan y me reciben mientras hago lo único que soy capaz de hacer bien: ser una persona humilde, amable y al servicio de mi gente. »

Creo que estos tres elementos son imprescindibles en esta hermosa y tan importante carrera. Sí, nos hará falta la fe, creer en nosotros mismos, pero aún más en todos esos jóvenes que tendremos a nuestro haber enseñarles tanto, no sólo aumentando su intelecto, sino dándole nuevas herramientas para vivir mejor. Nos hará falta la esperanza, porque muchas veces habrá pocas posibilidades, pero es con la esperanza que mantendremos siempre esa ventana abierta para llegar a la meta que queramos. Pero el más importante, el amor. Nada se hace con excelencia cuando no hay amor en ello. Un maestro real, ama su carrera, ama a sus semejantes, pero también tiene ese amor propio que lo llena siempre de fuerzas para emprender con gran empeño su labor en este mundo.

En mi caso, amo lo que hago, y no exagero y mucho menos lo idealizo. Amo lo que haré un futuro que está ya muy cerca. No me arrepiento de haber elegido ser maestro, sino todo lo contrario. Me enorgullece y me llena de mucha felicidad saber que tendré en mis manos la responsabilidad, pero así también el gran privilegio de brindarles a otros el regalo de la enseñanza. Yo, al igual que el autor de esta reflexión sé que no pude elegir una carrera mejor que esta.

FelizDia

«Es por eso que, maestro soy, y por siempre lo seré. »

Por Miredys Válcarcel Rodríguez

John

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